
Te acordas de aquél tiempo en que las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico : "ta te ti, suerte para mi.." Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple: "pido" Los errores se arreglaban diciendo simplemente : "va de nuevo" Las discusiones terminaban con un: "pan y queso, pan y queso.." La peor desilusión era que te eligieran último para jugar a la mancha. Siempre había una forma de salvar a todos los amigos y bastaba con un grito: "pica para todos los compas.." No era raro tener más de 3 o 4 mejores amigos. "El último es cola de perro" era el grito que te hacía correr como un desaforado hasta que sentías que el corazón se te salía del cuerpo. Si podes recordar la mayoría de estas cosas significa que realmente estuviste vivo, y que lo que tenés adentro todavía sigue vivo. A todos nos viene bien tener siempre en mente esos tiempos en que todo era d i s t i n t o. Todo era más fácil. A medida que pasa el tiempo te das cuenta que no se puede crecer sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin pelearte con tu familia por tu locura de adolescencia (y después darte cuanta que perdiste TODO, sino estas cerca de ellos). Ese es el costo de vivir. Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino, como se reacciona. Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
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